jueves, 4 de junio de 2015

Nieves nos deja

 

 

Ablaña es un pueblecito recóndito de la profunda Asturias negra, de suelo negro por su carbón, de cielo negro por sus negras nubes, de negros personajes recios de carácter negro, por su negro trabajo en los pozos de la negra mina con sus picos extrayéndoles las entrañas a la tierra.

En ese escenario de tonalidades grises, nace el 16 de agosto de 1925 una paloma blanca.

 

 


 

Esa paloma, Nieves Cuesta Suárez, ha escrito sobre su biografía de un modo claro, limpio, sencillo. ¡Qué añadir a su relato! Lo tituló “Simplemente mi vida”.

 

 

El 4 de junio de 2015 Nieves dejaba de respirar. Su marido, Angel Lago Rodriguez, lo había hecho unos años antes, el 4 de Mayo del 2008.

 


 

Habían convivido durante mas de 60 años y casado en dos ocasiones, una en Rusia y la otra por la Iglesia en España, se consideraba que la primera no valía, al igual que el reconocimiento de los hijos: aquí tuvieron que bautizarse, asentarse, confirmarse, etc., de lo contrario no se cobraban los puntos ni se reconocía la unidad familiar a los efectos de derechos de casa.

 

 


Las vidas de Ángel, natural de Moreda de Aller (19/09/1924), y de Nieves, transcurrió entre dos patrias: España y la Unión Soviética, y podría decirse entre dos guerras: expatriaciones por la guerra civil española y evacuaciones de la invasión naci en la II GM.

Entre ellos se llamaban repas. Fueron mas de tres mil niños los que salieron de España hacia la unión soviética, a grandes rasgos mitad asturianos y mitad vascos.

 

 


 

La mayoría se casaron entre ellos con la gran ilusión y esperanza de retornar a su patria, con sus familias. Aproximadamente la mitad lo consiguieron entre 1956/1957. Aunque algunos otros emparejados con rusos, en general no se decidieron a volver.

Hoy nos dejó Nieves. No se fue, solo nos dejó. Nos dejó su dulzura, nos dejó su recuerdo, nos dejó su legado, su historia, su poesía.

Sentimos dolor, tristeza, es irremediable.

Nunca te olvidaremos

 

 

1949

 

1954

 

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