jueves, 28 de enero de 2021

LIBERACION DE AUSCHWITZ

 

He descubierto un blog: "Birioska" que he de decir que me encanta. Espero visitarlo con frecuencia. este artículo que reproduzco con integridad me parece tan ilustrativo, con tan buen carácter divulgador, sin pretensiones cientifico-históricas, que me he atrevido a fusilarlo tal cual, evidentemente dejando claro la fuente y mi absoluta ausencia de aportación alguna. No tiene más mérito que el interés personal porque la memoria los que sufrieron y murieron en una guerra loca promovida por un loco asesino, no quede en el olvido.

 

Birioska

blog sobre cultura rusa

In memoriam

 

 


 

Rememorar una de las épocas más detestables de la historia mundial es un buen momento para reflexionar sobre la capacidad que tienen algunos seres humanos de infringir el mal. El 27 de enero se ha convertido en el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto. Poco más de 80 años atrás, el infierno abrió sus puertas y el demonio tomó forma de ser humano. Hombres uniformados de negro sembraron el terror y la muerte en gran parte del territorio europeo.

El Ejército soviético en el frente del este, venía liberando territorios desde 1944. Lo que encontraban aquellos soldados daba a entender la magnitud del mal.  Poblaciones desaparecidas, civiles condenados a vivir entre ruinas o directamente expulsados de las ciudades intentaban sobrevivir en los bosques. Ejecuciones y violaciones en masa. Aquello que Hitler había escrito en “Mi lucha”, se había puesto en práctica. Según los nazis, judíos, gitanos y rusos debían ser aniquilados.   Poblaciones devastadas, fosas que demostraban las masacres sufridas por la población civil junto a las declaraciones de los escasos supervivientes indicaban la realidad.  Los datos oficiales cifran en más de 28 millones las pérdidas de la URSS durante el periodo de la Gran Guerra Patria. De los cuales, 11 millones fueron militares y 17 millones civiles. Mujeres, niños y ancianos víctimas de crueles asesinos y diabólicos torturadores vestidos de negro.

El 27 de enero de 1945, el ejército soviético celebraba el aniversario de la liberación de Leningrado.  Bombardeada prácticamente a diario durante los 872 días que duró el cerco.  Civiles condenados a vivir durante 3 duros inviernos a temperaturas inferiores a -40º. Sin combustible, sin alimentos, sin luz…  La ciudad que no se rindió, perdió más de la tercera parte de su población durante el bloqueo.  La cruel decisión de Hitler; sitiar la ciudad, provocó la muerte de más de 1 millón de seres humanos a causa de las bombas, el hambre y el frío.

En 1945 los aliados conocieron el horror y la realidad del Nuevo Orden que el Führer quería implantar en los territorios conquistados para la Nueva Alemania.   Algunos habían oído rumores, presos que conseguían escapar de los campos contaban historias tan horrorosas que apenas eran creíbles.   Las pruebas de las masacres recopiladas por el ejército soviético que se presentaban a los países aliados para demostrar la magnitud de los crímenes eran tachadas de exageradas.  La mente de cualquier ser humano era incapaz de imaginar siquiera semejantes atrocidades.

Coincidiendo con el Desembarco en Normandía (6 de junio de 1944) , la URSS  inicia una ofensiva en masa contra los ejércitos nazis,  “Operación  Bagratión”. Divididos en 3 frentes, 2.300.000 soldados soviéticos, consiguen liberar del yugo nazi los territorios de Letonia, Lituania, Bielorrusia y Polonia Oriental. La necesidad de abastecimiento, y agrupación de tropas ante el extenso avance detiene al Ejército Soviético a las puertas de Varsovia el 19 de agosto.

El Mariscal G.K.Zhukov prepara una nueva operación para finales de enero de 1945. Con la Operación Vístula¬Oder el Ejército pretende llegar a la frontera oriental alemana.

Mientras tanto, en el 2º Frente abierto por los aliados, una fuerte ofensiva alemana en diciembre de 1944 se inicia contra las tropas angloamericanas en la región belga de las Ardenas.  El 6 de enero, debido al desfavorable desarrollo de los combates hacen que   W.Churchill  pida  a  Stalin el adelanto de la Operación. Pensaba que así se obligaría al III Reich a transferir tropas al frente oriental aliviando la situación en el frente occidental.  El 12 de enero, unos días antes de lo previsto, comienza la operación Vístula¬Oder.  Una estrategia que de nuevo divide a 2 millones de hombres al que se unen 90.000 más del Ejército de Liberación de Polonia, en 4 líneas de ataque. Los estandartes del 1º, 2º y 3º Frente Bielorrusos y 1º Frente Ucraniano se dirigen a la frontera de Alemania.  Sus nombres no se deben ni a la nacionalidad de los componentes de sus tropas ni tampoco a la bandera de ningún país o nación. Los nombres corresponden a los territorios en los que se agrupan las tropas para el inicio de la operación.

Algunos historiadores occidentales para ocultar el fracaso inicial y encumbrar el éxito definitivo de la batalla de las Ardenas, han tachado de oportunista a esta operación y han restado importancia a los logros conseguidos prácticamente suprimiéndola de sus ensayos.  Sea como fuere, lo cierto es que la lucha simultánea en dos frentes del Ejército alemán impedía la transferencia de tropas de un lugar a otro beneficiando tanto a las fuerzas angloamericanas como al Ejército soviético, en  la lucha contra el enemigo común,  el III Reich.

“La ofensiva rusa más allá del Vístula se desarrolló con una fuerza y rapidez sin precedentes, es imposible describir todo lo que sucedió entre el Vístula y el Oder en los primeros meses de 1945. Europa no ha sabido nada de esto desde la desaparición del Imperio Romano “.

Escribiría en sus memorias en 1956 el General Von Mellentin de la XXXXVIII Panzer Corps.

Al finalizar la Ofensiva el  23 de febrero,  la cifra de bajas alemanas asciende a 800.000 muertos y 300.000 prisioneros.

Dentro del marco de la Operación Vístula¬Oder se inician los combates en las zonas limítrofes a Auschwitz   en el avance hacia la región de Silesia del 1º Frente Ucraniano liderado por el General Kónev.  El 24 de enero de 1945 se envía a la 107 División de Infantería del 60 Ejército al ataque de la aldea de Monovitsy, bajo el mando del coronel Vasily Petrenko.

Después de 3 días de combates, en la noche del 27 de enero, las tropas soviéticas se acercan a las alambradas del Campo de Exterminio de Auschwitz.  Según palabras de uno de aquellos soldados, el Comandante de Compañía Iván Martynuskin, “Hasta el último momento, no sabíamos que íbamos a liberar un campo de concentración. Fuimos a la ciudad de Auschwitz, todo el territorio que rodeaba a la población polaca estaba dividida en lo que parecían campamentos independientes”. Desde las torres de vigilancia, guardias de la SS armados de ametralladoras custodiaban las vallas y alambradas. Vencida la resistencia, a las tres de la tarde, las divisiones 100 y 322 del Cuerpo de fusileros del 60 Ejército bajo el mando del General Krasavin liberaron las dos ramas orientales de Auschwitz (Monowitz y Zaraz) . El mismo día, otra rama de Auschwitz (Jaworzno) fue liberado por combatientes de la 286.ª división de infantería (General Grishin) del 59 Ejército.  Al día siguiente el General Petrenko, comandante de la 107 División del 60 Ejército libera Auschwitz¬Bikernau.

El 31 de enero, por sugerencia de los primeros servicios médicos que entran en el Campo se instalan 2 hospitales de campaña para atender a los supervivientes.

El primer grupo de hombres entró en el lugar que se había convertido en un auténtico infierno en la tierra para los que allí habitaban. Al principio no eran conscientes de lo que veían Seres humanos que apenas podían moverse, ninguno pesaba más de 30 kg.  Entre los 7000 prisioneros se encontraban 300 niños (de 6 a 14 años)

Auschwitz no fue el único campo de exterminio donde los demonios nazis desataron su depravada imaginación. Desgraciadamente mediocres seres humanos en sus delirios de poder sembraron Europa con más de una docena de lugares como éste.

Oficialmente el número de muertos en Auschwitz ascendió a 2 millones de personas. Desgraciadamente nadie sabrá nunca el número exacto de personas que fueron torturadas y asesinadas. No se inscribían en los registros a aquellos que eran enviados a las cámaras de gas a su llegada al campo. Las cínicas palabras de Rudolf Höss comandante de Auschwitz durante los juicios de Nuremberg en los que fue condenado a muerte así lo confirmaron “Nunca supe el número total de los eliminados y no tuve ninguna oportunidad de establecer esta cifra”. 

Höss fue ejecutado en abril de 1947 a las puertas de los crematorios del lugar donde fue responsable de la muerte de más de 4 millones de personas según los últimos cálculos realizados a partir de los documentos liberados por el Gobierno de la Federación Rusa en 2010..

Entre las víctimas de Auschwitz deberíamos recordar también a los 350 oficiales y soldados soviéticos que durante los 3 días de combate pagaron con su vida la liberación del campo de la muerte.

“Atravesé la primera alambrada a las cinco de la mañana”, estaba oscuro, era el sábado 27 de enero de 1945. No hacía un frío excesivo, sólo quedaban pedazos de nieve derretida. La noche anterior al combate se había cobrado muchas vidas. Tenía miedo de los francotiradores apostados como guardias. Protegido detrás de un bidón, vi al comandante Shapiro, un judío ruso del batallón de asalto de la 100ª División, abrir de par en par una gran verja. Más allá de la verja, un grupo de ancianos menudos, que eran niños, nos sonreía”. Sólo después de varios años me di cuenta de que había asistido a la apertura de la entrada al infierno, bajo el letrero Arbeit macht frei. Me incorporé para avanzar. Miré en el bidón: estaba lleno de cenizas, sobresalían trozos de huesos. No comprendí que eran restos de los que habían estado allí dentro”.

“Ni siquiera nosotros, que lo habíamos visto, queríamos creerlo. Intenté olvidar durante años, pero después comprendí que eso sería convertirse en cómplice”.

Yakov Vincenko

Pasados 3 días de la liberación, el General Dwight.D. Eisenhower, en calidad de Comandante en Jefe de las tropas Angloamericanas fue invitado por el Ejército soviético a visitar Auschwitz. Pudo ver con sus propios ojos el horror y la muerte.  A la vez, fue capaz de intuir la falta de memoria que a veces trae el tiempo y el cambio de circunstancias. Sus palabras, más actuales que nunca, pueden hacerse realidad ante la tergiversación y olvido de la verdadera historia.

“Graben todo. En algún momento algún bastardo se levantará y dirá que esto nunca sucedió”

martes, 19 de enero de 2021

Se nos van los NIÑOS mas viejos

 

 

1951

 

Suele escribirse bien de los fallecidos, suele enfatizarse en sus virtudes y capacidades y ocultar sus defectos o carencias, pero en este caso, yo no voy a escribir ni bien ni mal, sino con cariño, con el cariño de un buen amigo, de alguien, se halle o no aquí, muy presente en cualquier momento y para siempr.

Armando Valdés me cogió en brazos cuando aún apenas tenía unos días de vida y, a partir de ahí, me cuidó, me limpió y contribuyó, en la medida de lo posible para aquellos tiempos, a mi alimentación cuando hizo falta.

Mis padres Ángel y Nieves, y Armando y Luisina, los cuatro de origen asturiano evacuados a Rusia como “niños de la guerra”, fueron como hermanos. Estudiaron juntos en Moscú, vivíamos juntos en la capital, en “la 45”, en los años 1948 y siguientes, y vivir juntos para aquella época significaba misma “cuartira”, es decir mismo dormitorio en este caso, de dos camas, una por matrimonio, ya que la cocina y el baño se consideraban y se utilizaban como elementos comunes para muchas más habitaciones (cuartiras) de españoles.

En enero del 57, en lo que se ha venido a llamar la quinta expedición, en el barco de pasajeros “Crimea”, nos repatriamos en el mismo camarote Armando y Luisina y su hijo sordomudo Eduardito, y por otro lado nosotros: Angel y Nieves y sus dos hijos, el mayor Pachito y el más pequeñito, de solo cinco años, Gelito.

Tras dos meses de adaptación de ambas familias por Asturias, conviviendo con sus familiares respectivos más allegados en cada caso, recalamos ambos matrimonios en Avilés, consiguiendo trabajo en Ensidesa y casa de la fábrica en Avilés, nosotros en Llaranes y ellos en el Barrio de la Luz. Y ahí nacieron el tercer hijo de Angel y Nieves: Avelino, y de Armando y Luisina: Mari Loli.

Ya asentados y hechos a España, el contacto siguió siendo continuo y entrañable.

 

1963 Gelo, Avelino, Nieves, Angel, Luisina y Mariloli

 

 

Será inolvidable lo vivido juntos mientras dispongamos de memoria y sentido. Por un lado las vicisitudes, dificultades, sinsabores, etc., pero también las alegrías y momentos de felicidad de tantos años en la URSS, conviviendo íntimamente. Y por otro los domingos de playa en San Juan y en Perlora, las vacaciones de agosto en algún pueblecito de León, es algo que llevo grabado y llevaré para siempre en mi mochila.

Cómo matrimonio Armando y Luisina, pareja super unida durante tantos y tantos años, juntos decidieron pasar sus últimos días en una residencia de Pola de Laviana, y por lo que me consta, allí, fueron muy bien tratados y respetados.

 

2020 En la residencia

 

Descansen en paz ambos.

 

 

El diario La Voz de Asturias escribió:

 



 

 


19/01/2021

Armando Valdés Ordieres (Oviedo, 1924) falleció ayer. Era un «niño de la guerra», el tercero de ocho hermanos, uno de aquellos que emigraron a la Unión Soviética durante la Guerra Civil española y cuya vida perfectamente podría haber sido recogida en una película.

Partieron de Gijón en un buque de bandera francesa y finalmente llegaron hasta Leningrado (hoy San Petersburgo) y fueron instalados en sus cercanías; más tarde irían a Moscú. Valdés llegó a una Rusia que les acogió y educó, pero en la que decía, «había dificultades para todo» puesto que en junio de 1941 fue invadida por Alemania y entró en la guerra mundial. Se da la circunstancia de que allí conoció de muy joven a la que sería su mujer, María Luisa Vega. Mientras él trabajaba en una fábrica de motores de aviones y estudiaba peritaje industrial, ella seguía Geología.

En un local del centro de Moscú, La Bielorrusa, frecuentado por españoles, se conocieron y enamoraron. Por carta informaron a la familia y pudieron volver a España en los años 50 y Armando comenzó a trabajar en Ensidesa. Los dos, «socialistas y sin creencias religiosas, pero respetando a todo el mundo», decía. Toda una vida juntos.