jueves, 6 de junio de 2019

La historia de Tino, «el niño que soñaba en bable y hablaba ruso y castellano»

 

 

Pablo Fernández-Miranda presentó su primera novela, 'Pisaré sus calles nuevamente', sobre su padre, uno de 'los niños de Rusia' 

 

IRENE DÍAZ.  GIJÓN.

Jueves, 6 junio 2019

 

 

 

El 7 de enero de 1942 regresaba a España el primero de los niños exiliados a Rusia durante la Guerra Civil. Es la historia de Celestino Fernández-Miranda, «el niño que soñaba en bable y hablaba en ruso y castellano». Así le describe su propio hijo, Pablo Fernández-Miranda, autor de la novela en la que cuenta sus peripecias vitales y cuyo título, 'Pisaré sus calles nuevamente', hace referencia a la canción de Pablo Milanés. Ayer fue presentada en la Antigua Escuela de Comercio de Gijón, en un acto organizado por el Ateneo Jovellanos, que contó también con la presencia de Tatiana Velázquez, del colectivo Los niños de la guerra de Asturias.
Aquel niño ovetense de once años se fue a pasar unos días en un campamento de verano en Salinas, el 18 de junio de 1936. Sin embargo, a causa del cerco a Oviedo durante la contienda civil, no volvería a reunirse con sus familiares hasta cinco años y medio después: tras catorce meses en Salinas y ante la inminente llegada de las tropas franquistas, se tomó la decisión de alejar a aquellos niños de los peligros de la guerra. Embarcaron en El Musel y, en el caso de Tino, pusieron rumbo a Rusia. Allí, recordaba el autor, recibieron un trato mejor que el que recibían los propios niños soviéticos. Pero pronto se verían afectados por las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial: hambre, bombardeos y frío a treinta grados bajo cero. A pesar de todo ello, hay un sentimiento común generalizado entre estos 'niños de Rusia', y es que todos recuerdan aquellos días con cierta felicidad a pesar de las frustración de estar lejos de su familia, porque se sentían cuidados, atendidos, y porque estaban forjando amistades que durarían toda la vida.
Tino, tras ser apresado en Finlandia cuando combatía voluntariamente en el Ejército soviético, logra volver a España atravesando toda la línea del eje en plena Guerra Mundial, desde Helsinki hasta Madrid. Toda una historia real que ahora se hace ficción gracias al trabajo de su hijo.
 

 

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