jueves, 21 de febrero de 2019

Antonio Vázquez "El Ruso"

Me resultaría imposible decir tanto, tan emotivo y tan bien dicho en pocas palabras sobre un acto, al que no pude asistir, como escribe en su muro mi amigo Luis Fdez Préstamo. En efecto, el 28 de febrero de 2019 se puso el nombre a una calle de su barrio: Trasona de Avilés al "Niño de la guerra" Antonio Vázquez", íntimo de mi familia.
Antonio El Roxiu, en Rusia, y Vázquez El Ruso, en España, puede quedar calificado y cualificado con sólo dos palabras: "Niño de la guerra" y comunista, por oblligación y por devoción, respectivamente. Pero comunista de verdad, comunista donde los haya, de la bandera roja con la hoz y el martillo.
Ejercía con entusiasmo, y con dedicación y entrega, asumiendo labores de cualquier nivel, siempre siempre, con su matiz reivindicativo, el ámbito y el alcance daba igual, tanto de su propio barrio como de carácter internacional. Fue el primer presidente de su asociación de vecinos.
Falleció a la edad de 90 años el 23 de febrero de 2016.
Y ésta es una de sus últimas fotos con vida.






Luis Fdez Préstamo escribió...
(21-02-2019)



El paseo hoy bautizado, transcurre paralelo a la vieja carretera Gijón-Aviles, enfrente del consultorio de Trasona, a la sombra de unos árboles que lo hacen acogedor. Por el transitaba Antonio Vázquez, apodado el Ruso, en sus continuos quehaceres por el bien de aquella pequeña barriada compuesta en casi su totalidad por las viejas casas que en otros tiempos hacían las múltiples industrias de la zona para sus empleados.
Sus fuertes ideales comunistas no fueron truncados por aquel libro de Aleksandr Solzhenitsyn, titulado Archipielago Gulag, que a principios de los setenta hizo que gran parte del pueblo ruso descubriera la realidad del régimen estalinista. Podía vérsele plantando el acebo que a día de hoy aún luce al lado de su casa, recogiendo leña por el paseo que ahora lleva su nombre, pintando proclamas, con restos de pintura de los barcos, en el muro del otro lado de la carretera y que actualmente aún resisten las inclemencias del tiempo. Pero sobre todo, siempre estaba dispuesto a luchar, ayudar o gestionar cualquier necesidad que su comunidad necesitara. Por todo ello consiguió en vida el respeto de sus vecinos y el reconocimiento de las instituciones locales.
En una corta y sentida intervención, por parte de su hijo, narraba como a su padre le había tocado estar en la batalla de Stalingrado y había visto el Volga bajar teñido de rojo. Si mi padre viviera, dijo, hoy estaría luchando para que se le diera una oportunidad a la paz en Venezuela y nadie tuviera que ver el Amazonas convertido en sangre. Ese era mi padre....











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