Se trata de ir plasmando, divulgando y reflexionando sobre algunos capítulos de su vida y sus escritos
domingo, 30 de diciembre de 2018
sábado, 29 de septiembre de 2018
"Dos patrias llevo conmigo. Niños de la guerra en la Unión Soviética, 1937-2017"
Tatiana y Luis tenían desde hace tiempo interés en organizar una exposición de varios de sus paneles en el entorno de Avilés, en la consideración de que buena parte de los Niños de la Guerra o bien salieron de esta Villa en dirección a Rusia como exiliados republicanos, o bien, en su caso, recalaron aquí en el retorno.
A continuación una sinopsis de la muestra.
Alguna reseña del evento:
El Museo de la Historia Urbana de Avilés acogerá a partir de mañana la
exposición "Dos patrias llevo conmigo. Niños de la guerra en la Unión
Soviética, 1937-2017", que recoge la vida de las más de 5.000 niños
españoles, muchos de ellos asturianos, que fueron evacuados a la antigua Unión
Soviética durante la guerra civil.
La muestra también tiene un recuerdo especial a los evacuados vinculados
directamente con Avilés.
La muestra, que se podrá ver hasta el 4 de noviembre, recoge la historia de
los conocidos como "niños de la guerra", aquellos pequeños evacuados
durante la guerra civil a fin de evitarles los horrores del conflicto.
De los 33.000 que salieron de España, más de 5.000 fueron acogidos en la
Unión Soviética.
La muestra, producida por el Museo del Pueblo de Asturias, recoge uno de los
episodios más duros de la guerra civil.
Miles de niños de la zona republicana fueron evacuados a países europeos y
americanos, más de 5.000, muchos de ellos asturianos, zarparon desde el puerto
de Gijón, y fueron acogidos en la entonces Unión Soviética.
Allí, muy poco tiempo después de su llegada se vieron inmersos en un nuevo
conflicto, la segunda guerra mundial, en la que algunos lucharon y perecieron.
La muestra recoge cientos de fotografías, buena parte recopiladas de
archivos familiares, así como del fondo documental del Museo del Pueblo de
Asturias, además del documental "Aquella noche (23 de septiembre de
1937)", sobre la vida en los antiguos territorios de la URSS.
Y algunas fotos
miércoles, 20 de junio de 2018
Su Aquarius, nuestro Stanbrook
Javier Macho escribió un artículo en El Mundo que
reproducimos aquí, a continuación. Establece una correlación entre los
migrantes que accederán a Valencia, desde el Aquarius, con la emigración
producida desde el puerto de Alicante en un barco carguero de nombre Stanbrook y cuyo capitán: Archibald
Dickson, tuvo la honradez, gallardía y valentía de despreciar su carga de
comestibles en favor del traslado y socorro de personas perseguidas por los
insurgentes del bando nacional, y cuya vida hubiera corrido un grave peligro de
no haber sido embarcados oportunamente.

UN ENFOQUE PLURAL
Su Aquarius, nuestro Stanbrook
Javier Macho 20 junio 2018
El
Stanbrook en el puerto de Alicante. EL MUNDO
SI UNO TIENE curiosidad los archivos de la Fundación Pablo Iglesias son una ambiciosa ventana abierta a nuestro pasado; al pasado reciente de toda España y muy particularmente al pasado de nuestra ciudad porque en ellos se puede, por ejemplo, acceder al listado completo de los viajeros y viajeras del Stanbrook.
Rafael tenía solo nueve meses, las hermanas Hermandad y Jubilosa dos y once años, Progreso tenía solo siete, Antonio y Conchita, también hermanos, tenían dos y cinco, y todos ellos junto con otros muchos niños y niñas y junto a mecánicos, agricultores, institutrices, ebanistas, periodistas, contables, ceramistas o estudiantes hasta un número de 1.835 personas formaron el pasaje de un buque que ya forma parte de nuestra historia y que colocó a Archibald Dickson, su capitán, en el listado de personas que aquí siempre recordaremos con todo el cariño.
El mismo capitán Dickson relató en una carta dirigida al editor del Sunday Dispatch de Londres de qué huían aquellas personas con estas palabras: «Cuando apenas habíamos salido del puerto el rumor del bombardeo probó ser verdad y a los 10 minutos de abandonar el puerto se inició un terrorífico bombardeo de la ciudad y del puerto y el flash de las explosiones se podía apreciar visiblemente y la conmoción de los proyectiles explotando se podía casi sentir».
Puede parecer que ochenta años es mucho en la vida de una persona, pero no lo debe ser tanto en la de una ciudad o en la de un país, por lo menos no lo suficiente como para que como sociedad podamos ser capaces de olvidar lo que una vez aquí sufrimos y volvamos la espalda a quienes ahora, ochenta años después han dependido de un barco sobrecargado y de la buena voluntad y el trabajo de personas que no conocen para salvar su vida y la de sus hijos.
Su Aquarius es un nuevo Stanbrook, uno de tantos, un barco que representa también la medida de nuestra capacidad como ciudad, como Comunidad y como país de comprometernos con nuestra memoria reciente y de ser dignos de personas como el Capitán Dickson, porque los niños y niñas que llegarán a nuestra ciudad son, en esencia los mismos que se fueron en nuestro Stanbrook. No lo olvidemos.
sábado, 16 de junio de 2018
El ‘Aquarius’ republicano del 39
El jueves, 14 de junio de 2018, el diario El País publicaba en su pág. 29, un artículo de Tereixa Constenla que reproducimos.
EL PAÍS CULTURA
La historia del mar acumula algunos episodios siniestros, de travesías condenadas a no tener fin y pasajes forzados a errar por el mar. Poco después de que el Stanbrook atracase en Orán, el St. Louis, un crucero de lujo con 900 judíos que huían de Alemania en 1939, fue rechazado en Cuba y en Estados Unidos y obligado a regresar a Europa. También el Exodus, con 4.554 judíos supervivientes del nazismo, fue rechazado por los británicos en Palestina en 1947 y obligado a regresar a Alemania.
EL PAÍS CULTURA
El ‘Aquarius’ republicano del 39
Supervivientes de la travesía del ‘Stanbrook’, que evacuó a casi 3.000 refugiados españoles a Orán tras la guerra, reviven su historia al hilo del actual drama migratorio
Helia González Beltrán ve las noticias sobre el Aquarius
y naufraga. Regresa a los días de marzo de 1939 cuando, con cuatro años, viajó
sentada sobre un baúl desde Alicante hasta Orán a bordo del Stanbrook con cerca de 3.000 republicanos
españoles que habían perdido la guerra. “El drama del Aquarius me ha
removido todo, son muchas cosas que coinciden. Es importante que la gente sepa
que son personas llenas de necesidades de todo tipo”, sostiene durante una
entrevista por teléfono desde su casa de Elche, no demasiado lejos del puerto
mediterráneo donde desembarcarán los refugiados que nadie ha querido en Malta e
Italia.
Republicanos españoles, hacinados en abril de 1939 en
la cubierta del mercante 'Stanbrook' en el puerto de Orán, donde permanecieron
retenidos 40 días. FUNDACIÓN
CAJA MEDITERRÁNEO. FONDO RODOLFO LLOPIS
El Stanbrook cambió naranjas, tabaco y azafrán por
derrotados el martes 28 de marzo de 1939, después de que su capitán, Archibald
Dickson, zanjase su dilema entre obedecer a los armadores o a su conciencia.
“Entre los refugiados había toda clase de gente, algunos aparentaban ser extremadamente
pobres y parecían consumidos por el hambre y mal vestidos, vistiendo una
variedad de atuendos que iban desde monos a viejas y desgastadas piezas de
uniformes e incluso mantas y otros peculiares trozos de tela. Había también
algunas personas, mujeres y hombres, con una buena apariencia y que asumí eran
mujeres y parientes de funcionarios”, contaría días después el capitán en una
carta dirigida al editor del londinense Sunday Dispatch.
Alicia y Helia González Beltrán, pasajeras del
'Stanbrook'. morell efe
Entre ellos subieron a bordo las niñas Alicia y Helia
González junto a sus padres. “El capitán recibía a cada uno de los que subían
al barco. A mí me cogió en brazos y me besó en las mejillas. Más tarde sabría
por qué: tenía a una hija de mi edad. El barco iba repleto, no cabía más gente.
Algunos llevaban baúles y cajas de herramientas, pero nosotros subimos sin
nada”, revive Helia González.
El acceso, controlado inicialmente por funcionarios de
aduanas, se convirtió en un caos cuando los propios agentes decidieron sumarse
al resto de refugiados “tirando sus armas y equipo para unirse a la estampida
por subir a bordo”, según el capitán, que jamás había asistido a una emergencia
semejante en sus 33 años en el mar. “Cuando todos los refugiados se hallaron a
bordo, era prácticamente imposible dar una descripción adecuada de la escena
que mi buque presentaba, y la semejanza más cercana que puedo dar es decir que
parecía unos de esos vapores vacacionales del río Támesis en un día festivo,
solo que muchas veces peor”, describió Dickson en abril de 1939. “Los pasajeros
abarrotaban la cubierta y las bodegas, y la línea de flotación se hallaba muy
por debajo de la superficie”, cuenta el historiador Paul Preston en su libro El
final de la guerra (Debate).
Aquel barco, acondicionado solo para alojar a 24
tripulantes, zarpa con “cerca de 3.000 personas, entre las que van el teniente
Amado Granell, uno de los que liberaría París en 1944 al frente de la Nueve”,
explica Rafael Arnal, fundador de la asociación Operación Stanbrook, que
ha rescatado la historia de las 20 horas de travesía en libros y documentales.
Refugiados españoles desembarcan en Orán en 1939. Fundación Pablo Iglesias
El capitán y algunos oficiales cedieron sus camarotes a los
débiles. Había exiliados apiñados en la cubierta, alrededor de la chimenea, en
las bodegas, en el salón. Helia y su familia pasaron la noche del 29 de marzo
en un pasillo. Sin apenas moverse. “Al día siguiente temprano llegamos a Orán.
Estuvimos un par de días en el barco hasta que dejaron bajar a las madres, a
los niños, a los mayores y a los enfermos. En el Stanbrook quedaron casi todos, incluido mi
padre”, relata.
Las autoridades francesas se niegan a aceptar aquel pasaje
de desesperados tan ideologizados como para necesitar huir de España. “Trataron
por todos los medios de impedir el desembarco de los llegados alegando no
disponer de ninguna infraestructura adecuada para instalarlos. En realidad lo
que temían era la presencia de rojos que pudieran alterar el orden público”,
expone Ricard Camil Torres, profesor de Historia Contemporánea de la
Universidad de Valencia y comisario de la exposición Stanbrook, 1939. El
exilio republicano hacia el norte de África, celebrada en 2014.
Republicanos españoles, hacinados en abril de 1939 en
la cubierta del mercante 'Stanbrook' en el puerto de Orán, donde permanecieron
retenidos 40 días. FUNDACIÓN
CAJA MEDITERRÁNEO. FONDO RODOLFO LLOPIS
Refugiados españoles, a bordo del 'Stanbrook' en 1939. libro 'Operación Stanbrook'
40 días a bordo
Durante 40 días, los exiliados permanecieron a bordo en condiciones extremas. “Las autoridades francesas no facilitaron alimentos ni agua potable. Las necesidades fisiológicas se debían realizar a la vista de todo el mundo. Los pasajeros se debieron contentar con aquello que les era suministrado por miembros de la colonia española en Orán y franceses a título individual”, añade Torres.
Helia González recuerda pequeñas embarcaciones que se
aproximaban al mercante para facilitar alimentos al pasaje: “Mi padre escribió
la dirección de unos familiares en un papel de fumar y la entregó a una de esas
barquitas. No hemos sabido quién lo hizo, pero lo cierto es que esa nota llegó
a Sidi Bel Abbef, a 90
kilómetros de Orán, donde vivían aquellos tíos, que
reclamaron la salida de mi padre del Stanbrook”.
Tras la propagación de casos de tifus y otras enfermedades
infecciosas, se autorizó el desembarco. Los refugiados se enviaron a cárceles y
campos de trabajo. La familia de Olimpia Ruiz Candelada, un bebé de 12 meses en
1939, cambió el hacinamiento del Stanbrook por otros horrores.
“Vivimos mucha brutalidad en los campos durante cuatro años. A mi madre le
sangraban las manos de lavar colchonetas y a mi padre le dieron palizas”,
recuerda Ruiz. Su padre fue uno de los 2.000 españoles destinados a la construcción
del Transahariano, “una delirante idea”, según el historiador Ricard Camil
Torres, “de enlazar por medio del ferrocarril a través del desierto los puertos
mediterráneos franceses con sus colonias en Níger”. Otros, como Amado Granell,
acabarían haciendo historia al liberar París en 1944.
“He llorado viendo ahora a los emigrantes”
“Me subleva que países como Italia tengan esa actitud ante gente tan desdichada. He llorado viendo cosas así con los emigrantes. No se me olvida lo que pasamos nosotros. No le tengo rencor a nadie, pero me pareció una injusticia tremenda abandonar a la gente con tanta miseria, como hizo con nosotros Francia”, señala Olimpia Ruiz Candelada, una de las ocupantes del Stanbrook junto a sus tres hermanos y sus padres.La historia del mar acumula algunos episodios siniestros, de travesías condenadas a no tener fin y pasajes forzados a errar por el mar. Poco después de que el Stanbrook atracase en Orán, el St. Louis, un crucero de lujo con 900 judíos que huían de Alemania en 1939, fue rechazado en Cuba y en Estados Unidos y obligado a regresar a Europa. También el Exodus, con 4.554 judíos supervivientes del nazismo, fue rechazado por los británicos en Palestina en 1947 y obligado a regresar a Alemania.
miércoles, 11 de abril de 2018
El busto del capitán del 'Stanbrook'
El capitán que salvó a 2.600 represaliados republicanos ya
tiene nombre y rostro en Alicante
Emilio J. Martínez
La Comisión Cívica de Alicante para la Recuperación de la
Memoria Histórica inauguró este domingo un busto de Archibald Dickson, el
oficial del buque 'Stanbrook'
El busto del capitán del 'Stanbrook', Archibald Dickson,
inaugurado en Alicante.
Fue el responsable de las más de 2.600 vidas que se subieron al
último barco que escapaba de la represión que el bando franquista iba a aplicar
a los republicanos con el final de la Guerra Civil. Sin embargo, para el
recuerdo parece que solo ha quedado el nombre del navío, el Stanbrook,
que sufrió dos ataques desde que zarpó de Alicante el 28 de marzo de 1939 y
logró llegar poco tiempo después a Orán. La Comisión Cívica de Alicante para la
Recuperación de la Memoria Histórica restauró este domingo el nombre y rostro
del hombre que hizo posible esa huida: Archibald Dickson, cuya heroica acción
ha sido comparada con la del empresario alemán Oskar Schindler, que salvó la
vida de 1.200 judíos durante el Holocausto.
Con este pretexto se descubrió en la mañana de este domingo un
busto del capitán galés gracias a las fotografías que se han podido encontrar
de él recientemente. Al acto no faltaron las hermanas Helia y Alicia
González, testigos directos de aquella hazaña como contó este periódico.
También acudieron representes políticos que van desde el conseller de
Transparencia Manuel Alcaraz, a la concejal socialista Sofía Morales pasando
por los regidores de Compomís Natxo Bellido y María José Espuch –exedil de
Memoria Histórica- y Miguel Ángel Pavón y Julia Angulo de Guanyar Alacant,
entre otros.
Se trata de un nuevo reconocimiento que se suma al que la ciudad
otorgó al Stanbrook en abril de 2014 con motivo del 75 aniversario de
la huida del último buque con exiliados. Entonces se inauguró una placa como
reconocimiento que en mayo de 2017 sufrió un acto vandálico justo un día
después de que el pleno del consistorio alicantino aprobara iniciar el hermanamiento
con la ciudad natal del capitán Dickson, Cardiff (Gales).
Este domingo, desde la Comisión Cívica de Alicante para la
Recuperación de la Memoria Histórica se volvió a reclamar el establecimiento de
estas relaciones fraternales entre ambas ciudades como un paso más para
homenajear a Archibald Dickson, cuyo barco ha sido también comparado
recientemente con el español Proactiva Open Arms, que está detrás de las casi
60.000 vidas que ha salvado en el Mediterráneo y que la justicia italiana
mantiene bloqueado acusado de “favorecer la inmigración ilegal”.
viernes, 16 de marzo de 2018
Visita a la Exposición de los "niños de la guerra" en el Centro Social Arena Gijón
Hemos visitado una exposición sobre los Niños de la Guerra que está desarrollándose en el Centro Social de la Arena de Gijón en estas fechas.
Se trata de un magnífico trabajo en cuya dirección y desarrollo destacan por su trabajo y dedicación Tatiana y Luis Fdez.
Consiste en mostrarnos el relato de unas familias que en ocasiones por propia voluntad, aunque confundidos por la guerra y las cincunstancias históricas de la época, y en otras sin ni siquiera sospecharlo, quebraron la integridad familiar al quedarse sin la presencia de unos hijos que se vieron obligados a emigrar, por bastantes más años de los pretendidos inicialmente.
Las fotografías y testimonios orales de estos niños, cuyos supervivientes rondan hoy los noventa años, son un inestimable legado para los estudiosos e investigadores de este oscuro capítulo de la historia.
Vaya por delante nuestro más sincero agradecimiento a todas las personas que con su esfuerzo y dedicación hacen posible que proyectos de esta naturaleza alcancen la luz.
Por nuestra parte no hemos hecho mas que reproducir algunas de las fotos como muestra.
sábado, 24 de febrero de 2018
Paseo por Braña Castañar
Habiendo realizado una ruta al pico Llosorio hace unos días y pasado por Braña Castañar, lugar de nacimiento de mi madre, observamos el deterioro físico de una de sus poesías plastificada y prendida al roble inmediato del depósito de sus cenizas –bajo el carrasco--.
Pasado un tiempo de manifiesta incomodidad, realmente pocos
día, retornamos al lugar con un nuevo manuscrito, una nueva copia plastificada,
aprovechando para, con un pequeño recorrido circular, hacer una visita al
cementerio de la Fosa del Llanu, donde están enterradas las víctimas de una de
las masacres de la guerra civil: la del Llanu la Tabla.
Dejando, pues, el
coche al lado del monumento que recuerda tal suceso, subimos por la carretera al
Llanu la Tabla a fin de conversar con dos vecinos del lugar, tío y sobrino,
supervivientes de aquel evento del año 39.
Ellos nos indican que bajando por la derecha llegaríamos al pequeño
cementerio en la cota baja, y justo en el entronque de dos regueras. Una lápida
con sus nombres deja, constancia del sitio, y recuerdo por los años del atroz
asesinato.
Desde allí, y por la margen derecha del río, iniciamos el
regreso. Al principio unos doscientos metros por el cauce del Reguero La Tabla,
para después ir subiendo ligeramente por un camino no precisamente limpio y
claro.
Tras librar un par de árboles caídos y algún tramo de incómodos
arbustos alcanzamos el espacio donde teníamos el coche aparcado.
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Recorrido en el sentido de las agujas del reloj |
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Nos encontramos con el
cementerio bastante deteriorado
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Hay una pequeña cascada
allí mismo
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Vamos volviendo
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Bajo el acebo las
cenizas de Nieves
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Inscripción en la losa
a los fusilados y enterrados en la Fosa la Tabla
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En el árbol unos versos
de Nieves y debajo el poema completo
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Epílogo
16-VIII-2005
A mis 80 años
Hoy ya no tengo ayer,
ni tampoco mañana;
ni siento, ni padezco,
ni veo, ni oigo nada.
Quiero hacer una hoguera con mi vida,
que vuelen las cenizas por los aires,
sentirme libre, alegre, redimida,
no pensar, no sufrir, no acordarme de nadie…
Quiero que el viento lleve mis cenizas
lejos, muy lejos, donde no haya nadie,
por encima de todas las delicias,
hacia las altas cumbres y anchos mares.
No importa que la cumbre esté nevada,
que el mar sea negro y la noche eterna,
no tengo miedo, no me importa nada
porque estar muerta es sosiego y calma.
Se ha extinguido ya el fuego de mi vida,
se han quemado los restos de mis años.
He muerto anciana, feliz y agradecida;
atrás quedaron risas, amor y desengaños.
No lloréis por mi eterna despedida,
olvidaos de mi cuerpo y de mi alma.
Disfrutad mientras sigan vuestras vidas
que, aunque yo ya no esté…
¡no pasa nada!
Soy humo en el viento,
ceniza en el suelo,
sonrisa en recuerdo,
silencio, sosiego, …
Soy humo en el viento,
ceniza en la tierra,
el agua y el tiempo
borrarán mi huella…
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